Se sigue hablando y mucho de Philip Seymour Hoffman
Fue uno de los grandes actores de los últimos 20 años, recordado por films como Capote, por el que ganó un Oscar.
Según se informó pocas horas después, un amigo halló el cadáver del actor de 46 años en el baño. La policía dijo que todo indica sobredosis, ya que se halló heroína en la vivienda y una aguja en su brazo.
El actor, padre de tres hijos, solía contar en las entrevistas que había abusado mucho de las drogas en su juventud. Según los medios, en mayo del año pasado sufrió una recaída y fue ingresado en un centro de rehabilitación.
A pesar de esos problemas, este peso pesado de la actuación, de enorme carisma, no tenía freno en Hollywood. Pequeño, regordete, a veces sudado, a primera vista no encajaba en el glamouroso mundo del cine. Pero era considerado un genio que brillaba en cada una de sus interpretaciones, tanto en cine como en teatro.
Llevaba mucho tiempo siendo un astro del cine independiente, sobre todo en papeles secundrios, cuando en 2005 protagonizó Capote. En el papel del escritor Truman Capote convenció tanto al público como a la Academia de Hollywood, que le entregó el Oscar al mejor actor.
También fue considerada genial su actuación como gurú autoproclamado en el drama The Master, del año pasado. Bajo la dirección de Paul Thomas Anderson, se transformó en un gurú carismático y autoritario, que promete sanación y felicidad a sus seguidores.
Su talento no parecía tener límites. Interpretó a un transexual en Nadie es perfecto, a un sacerdote controvertido en La duda, a un snob en El talentoso Sr. Ripley y a un acosadsor en Felicidad. También tuvo su lugar en el cine más taquillero, como el villano de Misión imposible III, o el organizador de las competencias Plutarch Heavensbee en Los juegos del hambre.
El rubio intérprete se crió en Fairport, Nueva York, un suburbio de clase media de Rochester, donde nació el 23 de julio de 1967. Se inició en la interpretación por seguir a una chica a unas pruebas para una obra de teatro y terminó sus estudios en 1989 en la Universidad de Nueva York. A los veintipico atravesó la etapa de drogadicción y alcoholismo a la que solía referirse.
Su descubrimiento como actor se lo debe sobre todo a Paul Thomas Anderson, quien le confió el papel de técnico de sonido homosexual reprimido en Boogie Nights (Juegos de placer, 1997), película a partir de la cual se convirtió rápidamente en un habitual del cine independiente.
Luego fue el tierno enfermero de Magnolia (1999), otra vez a las órdenes de Anderson, entre otros trabajos. Su primer protagónico fue como viudo desconsolado en Con amor, Liza (2002), con guión de su propio hermano, Gordy Hoffman, y dirección del debutante Todd Louiso.
Sus colegas se peleaban por actuar a su lado. Hace pocos días se dio a conocer que iba a dirigir su segunda película y que los protagonistas del drama sobrenatural Ezekiel Moss iban a ser los astros de Hollywood Amy Adams y Jake Gyllenhaal.
Hoffman tenía tres hijos con la diseñadora de vestuario Mimi O’Donnell.