19 diciembre, 2025

Fiesta sanzone

Fiesta…

Hoy me detuve frente a un puesto de diarios y revistas. Uno del centro, de los que en mi época de canillita llamábamos de «los grandes». Yo ya sabía que la modernidad había hecho estragos y lo que alguna vez había sido un próspero comercio, con el que muchos y muchas sostuvieron familias, plasmaron sueños y los prolongaron por generaciones, ya no lo era. Yo ya sabía que las personas hace mucho tiempo que han dejado de leer lo que leían cuando yo era canillita. Lo sabía, la realidad no me agarró de sopetón. Pero por esas cosas nunca me había detenido a verla tan de cerca como hoy. Nunca me había pegado en la cara la impresión de ver tan de cerca esa horrorosa transformación que produjeron la internet y quién sabe que otros culpables. Fue muy fuerte ver que muñequitos, tacitas, libritos para pintar, llaveros, calcomanías de supuestos superhéroes de la China y el Asia Meriodional y una extensa gama de chirimbolos ajenos a la lectura, ocupan ahora el lugar de El Gráfico, la Goles, la Gente, la 7 Días, La Semana, la Semanario, la Confirmado, la Vosotras, la Para Ti, la Bricolage, la El Arte de Tejer, la Esto, la Dartagnan, la Fantasía, la Patoruzito, la Killing. Fue duro y triste ver que ya no asoman entre los escalones de esos escaparates las miradas duras de Nippur de Lagash, ni el sueño inmortal de Gilghamesh. Por más muñequitos lindos y modernos que sean, nunca pegarán un ahijuna canejo como el Indio noble y bruto de Patoruzú ni bailarán entre mujeres hermosas en la pista de Mau Mau como el atorrante del sobrino del coronel Cañones. Me dio una enorme tristeza. Me acordé de la fiesta que era cuando la gente leía. Cuando compraba revistas y se calentaba feo cuando te pedía que se la reserves y por ahí, por error, o a propósito, se la vendías a otra persona. Hace siglos que no voy por la Cooperativa de ahí de la calle 43, no sé como será ahora. Pero me acuerdo lo que eran las madrugadas de desembarco de las revistas que se vendían como pan caliente. Yo trabajaba en un puesto chico, de barrio, y no podía pretender el mismo tratamiento que se le daba a los grandes. Eran las reglas de juego que a veces se podían romper gracias a la buena voluntad de algunos. Recuerdo a Quiroga, uno que era medio capo ahí en Expedición. El tipo sabía lo que era poder llevarse un Gráfico, una Gente, una Para Ti, una Vosotras de más para poder vender en el puesto. Y entonces deslizaba uno o dos ejemplares de más en el paquete que te correspondía. Era una fiesta como la gente leía revistas. Y ni hablar de los diarios. Pilas enormes, llenas de suplementos que había que intercalar. Hoy me dio pena ver una pilita agonizante de diarios El Dia y algún que otro de Buenos Aires.

Puta madre, aquello era un fiesta y acaso no nos dimos cuenta.

  • Sergio BagaloniHoy tampoco se ve a pibes jugando a la bolita, a la mancha o a las escondidas, tampoco se ven con figuritas en la mano… todo cambió no se si para bien o para mal, lo que si se que desgraciadamente no vamos a volver a vivir esas épocas que tanto disfrutamos como lo que vos contas de los puestos de diario….
    • Me gusta
    • Responder
    • 23 h
  • ActivoGuillen AntonioTodo se degradó. A menos lectura, mayor dependencia de la Tele y las radios porteñas. Es una pérdida de identidad platense. Y que te laburen la cabeza los operadortes de las corporaciones. La pilita de diarios, escuálida, casi vergonzosa, refleja eso y se traduce en menores puestos de trabajo para laburantes de Prensa y salarios de hambre. Todo se degradó.3
    • Me gusta
    • Responder
    • 23 h
  • Alfredo PescaHermoso relato ,nada más que eso,…siempre tengo en la memoria la tarde que tapamos con diarios la entrada de Diag 80 y saliste al balcon a » mirarnos » junto con otro compañero ,si hubieses manifestado algo en ese momento ,este ,tu relato me hubiese conmovido ,tengo 40 años de canilla ,de delivery gratis del patroncito Kraiselburd ,la diferencia es que nunca le tuvimos miedo ,ni nunca tuvimos miedo de que nos deje sin trabajo ,morir, nos vamos a morir todos ,los canillas ,fuimos la rana en el agua tibia ,y nos morimos cuando hirvió ,algunos saltamos de la olla e hicimos otras cosas para vivir ,eso,los que tuvimos suerte ,solo los que tuvimos suerte ,Ahhh y me olvidaba ,el personaje que nombraste ,el que te daba revistas de más ,fue despedido de la cooperativa ,no se ,por ahí alguno se dió cuenta …2
    • Me gusta
    • Responder
    • 23 h
    • Hipolito SanzoneAlfredo Pesca me viste salir a mirar pero nunca supiste lo que pensaba, que a lo mejor es lo mismo que ahora. Y sobre ese hombre Quiroga no tengo idea lo que hizo, lo recuerdo porque solía tener gestos solidarios con los puestos chicos. Yo era empleado, te aclaro, nunca patrón o dueño del puesto. Y antes de entrar a laburar al diario como redactor ya sabía de la lucha de los canillas.
      • Me gusta
      • Responder
      • 22 h
    • Alfredo PescaHipolito Sanzone todo bien ,pero me quedo con el relato, ,saludos
      • Me gusta
      • Responder
      • 21 h
    • Juan MoyaHipolito Sanzone Hipólito, el tuyo fue uno de los relatos más crudos de lo que significa , a veces, el paso del «llamado» progreso. Progreso para quién y a qué precio? Preparate que viene más de esto. No estoy contra. Pero si el progreso nos hace llorar , será que vale la pena?
      • Me gusta
      • Responder
      • 21 h
    • Hipolito SanzoneAlfredo Pesca Le voy a contar algo, Pesca. Cuando yo laburaba de canilla el puesto se quedaba con el 50% del precio de tapa. Años después cuando dejé de laburar el porcentaje había bajado en perjuicio de los canillas. Después en los 90, a caballo de las desregulaciones, el diario puso sus propios vendedores. Nunca me cerró el tema pero decían que era mejor, que se abrían otras fuentes de laburo, que los dueños de los puestos eran monopolio…que se yo. Yo siempre fui empleado. Trabajaba en un puesto en 44 y 17 que figuraba a nombre de Tavolaro pero lo había comprado un comisario de apellido Russo. El me dio el laburo. Yo manejaba el puesto. El tipo aparecía una vez por semana a buscar la guita. Recuerdo que yo la guardaba en una pata hueca de la cama, del cagazo de perderla o que me la afanen. Años después lo compró un amigo que se lo vendió a otro amigo que lo mudó a la esquina de enfrente porque en el lugar original pusieron uno de esos restoranes del barrio que dan comida de plástico. Yo recuerdo esa manifestación y que con otros compañeros salimos al balcón a ver qué pasaba. Pero recuerdo también que ni yo ni ninguno de ellos tuvo un gesto irrespetuoso o de desdén hacia los que protestaban. Le digo más: en una época anduve con ganas de comprarme un puesto. Vendían uno por 44 y ciento y pico. Hace de esto como 20 años. Y un amigo me dijo que en poco tiempo lo iba a tener que regalar. Le aseguro que mis años de canilla fueron inolvidables. No solo porque era pendejo, tenía la panza como tabla de lavar y pelo hasta los hombros sino porque era un laburo que aprendí a querer. Hablaba con la gente, leía todo lo que se antojaba y durante el tenía tiempo para estudiar. Y a lo lejos en el tiempo le diría que el sueldo me alcanzaba. Recuerdo esa pequeñas siestas sobre los diarios calientes mientras esperábamos los suplementos los domingos a la mañana cuando íbamos a laburar sin dormir después del boliche. Que quiere que le diga: yo fui feliz ahí. Le mando yo también un saludo. En el fondo seguimos siendo colegas.2
      • Me gusta
      • Responder
      • 20 h
    • Alfredo PescaHipolito Sanzone ,yo empecé en esto a los 13 ,no tuve nunca ,ni feriados ,ni vacacíones,,ni adoloscencia ,( esto último ,fue culpa mía ,) ya a los 26 tenía casa propia ,auto 0km ,y una familia ,se ganaba plata ,cómo lo voy a negar ,repartía 552 diarios el día y como 30 de Bs As éramos dos con mi Ti ,unos de los fundadores de la Cooperativa ,Se vivía distinto ,se creía en la gente y se respetaba nuestro sistema de trabajo , trabajo por otra parte envidiado y criticado por muchos incapaces de sacrificar o mejor dicho vender la vida tan barata ,todos querían un reparto o un puesto como teníamos nosotros ,en el centro ,,trabajo organización permanentemente atacada por el editor del Día ,el verdadero monopolio lo tenía el , el porcentaje era de 49% del diario ,del 45% de diarios de Capital y el 30% de precio de tapa de revistas ,el 1,el 5 y el % de diarios un revistas ,quedaba para gastos y mantenimiento de la cooperativa ,casi NADIE ,cobran el retorno anual ( eso cuando lo había) se dejaba por uso y costumbre en la cuenta corriente ,el diario cobraba en efectivo una vez por semana , nosotros,los diarieros monopólicos y aprovechados ,ames vencido al precio de tapa y te pasabas cobrando todo el mes y pagando una vez por semana nuestro caso era los miércoles ,religiosamente tomábamos el tranvía 1 o el 12 e íbamos a pagar ,único recibo ? Un ticket rosa que parecía impreso con mimeografo ,era un gremio de patrones ,pero un sindicato de verdaderos trabajodores .Malas perdón hay y habrá en todos lados ,pero en este trabajo ,había una noche buena todos los días ,dónde te tomabas un mate con compañero o una grapa en el Iruña ,era un ratito nomás ,pero todos los días y si me pongo a pensar es lo único bueno que me dejó esa profesión .Te aclaro que no eramos más de 350 ,los terribles enemigos de Raulito , debe ser horrible la vida cuando más de 2000 personas te desean todos los días lo peor no ?Me despido ,no sin decirle que me gustaría tener su facilidad de pluma ,pero como le dije me pase la vida vendiendo diarios ..Un saludo
      • Me gusta
      • Responder
      • 19 h
    • Walter CaimmiAlfredo Pesca esta vez al pobre Pico le hicieron morder el polvo con su dialéctica tan emocional y ajustada. Consolate Sanzone, fue un tripero tanto como nosotros, este tal Pesca jajaja
      • Me gusta
      • Responder
      • 7 h
  • ActivoGuillermo AndreauMi última charla con Abel Román me contó que Raúl le pregunto: “que pasa que ya nadie me pasa a ver?Abel le respondió: “es que ya nadie te necesita”3
    • Me gusta
    • Responder
    • 22 h
  • Roberto LuzardiNostalgia sin retorno.
    • Me gusta
    • Responder
    • 22 h
  • Marcelo RodríguezLa triste realidad
    • Me gusta
    • Responder
    • 22 h
  • Nacho VillabonaEl del Parque Saavedra tiene puros autitos de juguete
    • Me gusta
    • Responder
    • 21 h
  • Maria Mercedes GTristeza, opino igual.
    • Me gusta
    • Responder
    • 21 h
  • Maria Fernanda RodriguezMe lo vas a decir a mi jaaa.22 años tengo de canillita y cada vez me asombro más de todos los cambios año a año.y no nos queda otra si no cambiamos y se trae otro tipo de mercadería desaparecemos , si llego a vender 10 diarios en un día hago una fiesta..tremendo el cambio q sufrimos
    • Me gusta
    • Responder
    • 21 h
  • Gus GordonasHace un par de semanas, unos colegas me comentaban la idea de sacar un diario de papel. De papel ? Pregunté. Si ya no hay papel de diarios ni para envolver huevos. Tu relato lo confirma claramente. Abrazo Pico.
    • Me gusta
    • Responder
    • 21 h
  • Toto Carrizo👏👏👏👏 Genial. Igual por haber leído Killing merecés coleccionar el auto de Ricardo Fort para armar en 250 fascículos..!
    • Me gusta
    • Responder
    • 19 h
  • Alicia BeruskaBrillante tu pluma Pico…si…eso era una fiesta.y no nos dimos cuenta….abrazo
    • Me gusta
    • Responder
    • 18 h
  • Alberto HaurieExcrlentr. Todo cqmbio para peor. Un abrazo.
    • Me gusta
    • Responder
    • 18 h
  • ActivoJorge MatheusPico…muy bueno…te mandé un MSN. Abrazo
    • Me gusta
    • Responder
    • 17 h
  • Margarita VarelaTan real,como triste
    • Me gusta
    • Responder
    • 17 h
  • Carlos Alejandro MailloHermoso informe. En mi caso algunos me llaman «basurero», porque en mis 56 años de vida jamás tiré una revista.Life, National Geographic, Mecánica Popular, Panorama, Gente, Semanario, Anteojito, Billiken, Lúpin, TV Guía, Satiricón, Humor, MAD, El Gráfico, Goles, Semanario, Revista 10, Gente, Caras, Noticias, Sólo Fútbol, etc.Montones de revistas tengo, pero recuerdo especialmente un suplemento infantil llamado Gacetín, que a partir del año 1976 salía publicado los días martes con el diario La Gaceta de la ciudad de La Plata. Alguien se acordará?Bueno,yo tengo todo como recuerdo.
    • Me gusta
    • Responder
    • 13 h
  • Walter SchefferBrillante y emotivo. Lo leí tres veces y cada una me llenó más q la anterior. Nunca deje de dibujar, maestro…
    • Me gusta
    • Responder
    • 11 h
  • Negro MaidanaMuy buen relato !!!Tanto cambió todo que ya ni abren de madrugada como antes. Tarea difícil conseguir un diario antes de 7.30 hs
    • Me gusta
    • Responder
    • 8 h
  • Adalberto ReinaresExcelente descripción de un tiempo que se lo llevó puesto la modernidad y que, los que lo vivimos, añoramos.
    • Me gusta
    • Responder
    • 6 h
  • Fernando MartinExactamente ayer ví lo mismo … Ese es el puesto que está frente a cine San Martin
    • Me gusta
    • Responder
    • 1 h