21 septiembre, 2024

T.Lauquen: se supone que el agresor verbal en el acto donde se recordaba a Julio López, el miércoles, es un policía

251

Si no se tratara de un apologista del genocidio, y en realidad el “ciudadano” se desubicó por meras cuestiones estéticas, sería bueno que con nombre y apellido saliera a aclarar las razones de su actitud, esencialmente antidemocrática

La Comisión de Derechos Humanos de Trenque Lauquen publicó una nota en Instagram, donde se refiere enfáticamente a la actitud que tuvo un vecino el día miércoles en momentos que se iniciaba un acto para mantener viva la memoria sobre un hecho que pegó fuerte en la sensibilidad de la sociedad Argentina en general y bonaerense, como fue la desaparición hace 18 años de Julio López, un trabajador que testimonió en el juicio al genocida Etchecolatz.

El texto:

Si el sujeto amenazante fuera un “ciudadano” cualquiera es preocupante, pero de tratarse, como suponemos, de un policía en actividad el hecho que protagonizó resulta gravísimo, porque muestra que en la fuerza sigue muy viva la afinidad ideológica y/o complicidad con los crímenes contra la humanidad cometidos entre otros por el asesino genocida y comisario mayor de la Bonaerense, Miguel Osvaldo Etchecolaz, ese policía desnaturalizado que secuestró, torturó y asesinó sin el menor arrepentimiento hasta el día que murió en un hospital penitenciario, y para cuya condena fue clave el testimonio de Jorge Julio López en 2006.

Finalmente, nos preguntamos, sabiendo desde ya las respuestas:

1) ​¿Quién manchó más la Bandera argentina que Etchecolatz y los demás asesinos genocidas, que cometían crímenes aberrantes mientras decían defender el “Ser occidental y cristiano”?

2) ¿Quién sigue ensuciando y pisoteando más la enseña patria que los que, como este “ciudadano” belicoso de Trenque Lauquen, continúan defendiendo a los civiles y uniformados que desaparecieron, torturaron, se apropiaron de bebés, arrojaron personas vivas desde aviones, violaron a mujeres detenidas, y robaron todo tipo de bienes materiales de aquellos que perseguían?

Si no se tratara de un apologista del genocidio, y en realidad el “ciudadano” se desubicó por meras cuestiones estéticas, sería bueno que con nombre y apellido saliera a aclarar las razones de su actitud, esencialmente antidemocrática. De no hacerlo, confirmaremos que se trata de otro negacionista y aplaudidor de los peores delitos cometidos alguna vez en la República Argentina (casi ninguna duda nos cabe de ello, pero siempre está latente la posibilidad de errar y ser injustos/as, lo cual no nos gusta hacer con alguien, tenga o no uniforme). Estamos cansados, a esta altura de la historia, de «pagarle con la nuestra» a funcionarios que subvierten los valores básicos de la convivencia democrática, ojalá este no sea el caso…