El Colegio de Veterinarios de la provincia de Buenos Aires denuncia violencia en el ejercicio de la profesión

Según una reciente encuesta realizada por el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires (CVPBA), más del 50% de los veterinarios matriculados han experimentado algún tipo de violencia durante el ejercicio de su profesión. Esta alarmante cifra refleja una realidad preocupante que, si bien ha existido por años, ha comenzado a ser más visible en los últimos tiempos.

Desde hace varios años, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires viene trabajando en la visibilización y concientización sobre las diversas formas de violencia que enfrentan los veterinarios. Durante el mes de noviembre, se llevan a cabo una serie de actividades para sensibilizar tanto a los profesionales como a la sociedad en general acerca de esta problemática que afecta a la salud pública y que tiene consecuencias directas en la calidad del trabajo veterinario.

A través del Observatorio Nacional de Violencia Veterinaria Dr. Carlos Bulgarella, creado en 2018, el CVPBA busca promover la toma de conciencia sobre esta creciente problemática. Este observatorio tiene como objetivo no solo poner en evidencia los casos de violencia que sufren los veterinarios, sino también generar un espacio de reflexión y discusión para encontrar soluciones. La violencia hacia los veterinarios no solo afecta a los profesionales, sino que también impacta en la salud pública, pues compromete el bienestar de los animales y el correcto ejercicio de la medicina veterinaria.

En los últimos tiempos, se han dado a conocer casos extremos de violencia, como aquellos en los que los profesionales llegaron a un punto de desesperación tal que algunos terminaron quitándose la vida. Además, situaciones de agresiones físicas graves, como el caso del Dr. Carlos Bulgarella, quien fue víctima de un ataque que resultó en la condena del agresor a tres años y seis meses de prisión. También se presentan con frecuencia situaciones de violencia más cotidianas, como escraches en redes sociales, agresiones verbales en la vía pública y ataques de diferentes tipos en diversos contextos.

Según una encuesta anónima realizada por el Observatorio del CVPBA en octubre de este año, con la participación de aproximadamente 1.000 veterinarios matriculados de la provincia de Buenos Aires, el 76,5% de los encuestados informó haber sido víctima de algún tipo de violencia laboral. En su mayoría, estos casos provienen de factores externos, como clientes o tutores de los animales de compañía. Este dato refleja una tendencia preocupante, ya que muestra que la violencia no solo proviene de situaciones ajenas al ejercicio profesional, sino que también se genera por la interacción con quienes se supone deben ser los principales aliados de los veterinarios: los tutores de los animales.

La encuesta además revela que la violencia no discrimina en función de la experiencia del profesional. El 33% de los casos de violencia se presentan en veterinarios con entre 5 y 15 años de ejercicio profesional, mientras que un 30% corresponde a aquellos con más de 25 años de trayectoria. Esto demuestra que, independientemente del tiempo o la experiencia que tenga un veterinario, la violencia por parte de los tutores de los animales pareciera ser parte de una sociedad de por sí violenta. 

Los tipos de agravios sufridos por los veterinarios varían en intensidad, y la encuesta refleja los siguientes porcentajes en orden creciente: violencia verbal, violencia física, violencia tecnológica (escraches en redes sociales y en la vía pública), robos, y, finalmente, la discriminación y desvalorización profesional. Estos tipos de menosprecio afectan no solo el bienestar de los veterinarios, sino también su desempeño profesional y su salud mental.

El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires repudia enfáticamente cualquier manifestación de violencia hacia los veterinarios y refuerza su compromiso con la protección y el acompañamiento de los profesionales, impulsando iniciativas que promuevan el diálogo, la reflexión y la toma de conciencia sobre esta problemática. Además, hace un llamado a toda la sociedad para reflexionar sobre el impacto de la violencia en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana y la necesidad urgente de erradicarla.

Abordar esta problemática no solo requiere del compromiso de los veterinarios, sino también de la acción conjunta de la sociedad en su conjunto. Es fundamental que todos trabajemos juntos para garantizar un entorno más seguro y respetuoso para los profesionales veterinarios y, por ende, para el bienestar de los animales y la salud pública en general. La violencia no debe ser tolerada en ningún ámbito, y es responsabilidad de todos contribuir a su eliminación.