5 diciembre, 2025

Economía: la fina perdió superficie de siembra pero promete rindes por hectárea superiores a la media

Informe mensual de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca

Lluvias abundantes y cultivos de fina con rindes alentadores

Durante septiembre se registraron temperaturas promedios de 26°C de máxima y -1°C de mínima. La temperatura media mensual fue de 12°C en el área de la Red de Estaciones Meteorológicas (REM).

Las precipitaciones en el sudoeste bonaerense promediaron 79mm, prácticamente duplicando la media de los últimos 9 años.

Septiembre comenzó con reservas hídricas de regulares a escasas en el oeste bonaerense y este pampeano, donde aún persistían focos de sequía. En contraste, el este bonaerense presentó perfiles con reservas óptimas a excesivas, mientras que el centro del área exhibió una situación heterogénea.

Con el avance del mes, las precipitaciones favorecieron una recuperación generalizada mientras que en el noreste y este, generaron condiciones de anegamiento.

Los cultivos de fina atraviesan la primavera en excelentes condiciones, respaldados por perfiles de suelo con buena disponibilidad de humedad para sostener el avance de las etapas reproductivas.

Impacto de las abundantes lluvias en las reservas hídricas y los cultivos de fina.

Dejaron importantes aportes hídricos en gran parte del área de estudio, generando un quiebre en la evolución de las reservas de agua. Sus principales consecuencias serían:

  • Disponibilidad hídrica: la recarga fue positiva en sectores que venían con déficit (oeste bonaerense y este pampeano), permitiendo sostener el desarrollo de los cultivos de fina. Sin embargo, en áreas donde ya se registraban reservas abundantes (zona norte y centro-este), los excesos generan un escenario de saturación.
  • Condición de los cultivos de fina: el exceso de agua puede derivar en anegamiento de lotes, pérdida de plantas por asfixia radicular y limitaciones para la aplicación de fertilizantes o tratamientos sanitarios. En casos puntuales, podrían observarse daños en macollos y retraso en el crecimiento por estrés hídrico.
  • Retraso en la siembra de maíz temprano (con posible incremento de planteos tardíos de soja o maíz de segunda).
  • Logística y suelos: caminos rurales con dificultades de transitabilidad, complicaciones en el acceso a los lotes y posible retraso en labores agrícolas. Además, la permanencia de agua en superficie incrementa el riesgo de compactación de suelos en operaciones posteriores.
  • Sanidad: el aumento de la humedad relativa y la persistencia de suelos saturados elevan la probabilidad de aparición de enfermedades foliares y de raíz en trigo y cebada, lo que exigirá un seguimiento cercano.

En síntesis, aportaron un alivio necesario en zonas deficitarias, pero también generó nuevos desafíos en áreas donde la humedad ya era elevada. Su impacto final dependerá de la evolución de las precipitaciones en octubre y de la capacidad de drenaje de cada ambiente.

La fina perdió superficie de siembra pero promete rindes por encima de la media.

Septiembre comenzó con reservas hídricas de regulares a escasas en el oeste bonaerense y este pampeano, donde aún persistían focos de sequía. En contraste, el este bonaerense presentó perfiles con reservas óptimas a excesivas, mientras que el centro del área exhibió una situación heterogénea.

Con el avance del mes, las precipitaciones favorecieron una recuperación generalizada mientras que en el noreste y este, generaron condiciones de anegamiento.

Los cultivos de fina atraviesan la primavera en excelentes condiciones, respaldados por perfiles de suelo con buena disponibilidad de humedad para sostener el avance de las etapas reproductivas.

Impacto de las abundantes lluvias en las reservas hídricas y los cultivos de fina.

Dejaron importantes aportes hídricos en gran parte del área de estudio, generando un quiebre en la evolución de las reservas de agua. Sus principales consecuencias serían:

  • Disponibilidad hídrica: la recarga fue positiva en sectores que venían con déficit (oeste bonaerense y este pampeano), permitiendo sostener el desarrollo de los cultivos de fina. Sin embargo, en áreas donde ya se registraban reservas abundantes (zona norte y centro-este), los excesos generan un escenario de saturación.
  • Condición de los cultivos de fina: el exceso de agua puede derivar en anegamiento de lotes, pérdida de plantas por asfixia radicular y limitaciones para la aplicación de fertilizantes o tratamientos sanitarios. En casos puntuales, podrían observarse daños en macollos y retraso en el crecimiento por estrés hídrico.
  • Retraso en la siembra de maíz temprano (con posible incremento de planteos tardíos de soja o maíz de segunda).
  • Logística y suelos: caminos rurales con dificultades de transitabilidad, complicaciones en el acceso a los lotes y posible retraso en labores agrícolas. Además, la permanencia de agua en superficie incrementa el riesgo de compactación de suelos en operaciones posteriores.
  • Sanidad: el aumento de la humedad relativa y la persistencia de suelos saturados elevan la probabilidad de aparición de enfermedades foliares y de raíz en trigo y cebada, lo que exigirá un seguimiento cercano.

En síntesis, aportaron un alivio necesario en zonas deficitarias, pero también generó nuevos desafíos en áreas donde la humedad ya era elevada. Su impacto final dependerá de la evolución de las precipitaciones en octubre y de la capacidad de drenaje de cada ambiente.

La fina perdió superficie de siembra pero promete rindes por encima de la media

En la actual campaña, gran parte del área destinada a los cultivos de trigo y cebada se redujo drásticamente en comparación con el año anterior, sobre todo en el norte del área de influencia de la BCP. Los cultivos sembrados más al sur, en cambio, evolucionan en excelentes condiciones de crecimiento y prometen alcanzar rindes por encima de la media zonal.

Según los últimos relevamientos se estimaría una reducción del 30 al 50% del área sembrada en relación al año anterior en los partidos de Olavarría, Azul, Bolívar, Hipólito Yrigoyen, Pehuajó y Carlos Casares siendo mayor en los partidos más cercanos a la cuenca del Río Salado. Además, habría un 10 a 15% de pérdida de los cultivos sembrados que sufrieron inundaciones posteriores.

Por otro lado, hacia el sur y el oeste los cereales de invierno continúan en óptimo estado de crecimiento y buena condición sanitaria. A pesar de los márgenes ajustados, los productores apuestan al pronóstico alentador de rendimientos altos y refuerzan la fertilización nitrogenada de los cultivos.

Las cebadas y trigos tempranos ya comenzaron a espigar. Los cultivos sembrados más tarde aún están en macollaje. Junto con las lluvias, comenzaron a verse algunas enfermedades foliares, manchas, royas y ramularia entre otras. Sin embargo, no se han detectado focos importantes hasta el momento.

Para el mes de octubre se esperan entre 10 y 50 mm, concentrándose las lluvias hacia el centro de la provincia. Y el 95% de riesgo de heladas se manifiesta también en el centro bonaerense.

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