7 septiembre, 2024

En algunas zonas generan expectativas positivas las últimas lluvias

32

En girasol hay demoras, aunque en trigo y en cebada los aportes hídricos en núcleos trigueros del sur del área nacional generan expectativas interesantes

Las últimas lluvias sobre el este y sur del área agrícola provocan un mayor optimismo en el sector, habida cuenta del momento especial que transita el desarrollo de los granos.

Por ejemplo, en el caso del girasol se marcó un progreso intersemanal de 0,6 puntos porcentuales, cubriendo a esta semana el 4,1 % de las 1,95 millones de hectáreas proyectadas para el ciclo en curso; esto es, algo más de 80.000 hectáreas.

A esta semana se mantiene una demora interanual de —6,2 p.p. debido al escaso avance sobre el centro-norte del país como consecuencia de la concentración de las lluvias sobre el extremo opuesto del área agrícola al que avanzan las labores.

Así aparece en el Panorama Agrícola Semanal del Departamento de Estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Sin embargo, en el caso del trigo las lluvias impactaron directamente en la condición hídrica y de cultivo de los núcleos del sur del área agrícola, mejorando en 3,5 puntos porcentuales.

Sin embargo, los aportes escasos —a nulos— sobre el centro y norte del área agrícola continúan afectando la condición del cereal que, en estas regiones, ya transita entre macollaje y principios de floración, con plantas de bajo porte y adelantadas en desarrollo por altas temperaturas que ya comienzan a resignar potencial de rendimiento.

En el caso de la cebada, lluvias sectorizadas sobre el sur y este del país han mejorado la oferta hídrica de los cuadros implantados.

A su vez, sobre la franja oeste, la escasa oferta de humedad podría comprometer el rendimiento potencial de los cuadros incorporados en la primera etapa de la ventana de siembra.

Sobre ambos núcleos, una parte de los cuadros implantados han iniciado la etapa de encañazón. A nivel nacional, gran parte de las 1.250.000 hectáreas implantadas se encuentran en pleno macollaje.

El detalle para cada uno de los cultivos es el siguiente:

En girasol

Las lluvias ocurridas durante los últimos siete días aportaron un volumen variable de milímetros sobre el área agrícola.

Mientras que el grueso de las precipitaciones se concentró sobre el sur y el este, mejorando las reservas del perfil, sobre el centro-norte y oeste del país fueron escasas a nulas, perpetuando el estado de déficit hídrico de la región.

Esto continúa —según la Bolsa de Cereales— demorando el progreso de las labores que, en la última semana, fueron de 0,6 puntos porcentuales, cubriendo el 4,1 % del área proyectada en 1.950.000 hectáreas para la campaña 2023/24.

El escaso aporte de lluvias sobre la región NEA comenzó a desincentivar la intención de siembra en esta región.

El progreso intersemanal de las labores fue de 3,9 puntos porcentuales en lotes bajo esquemas de siembra convencional, reflejando una demora interanual de —44,4 puntos porcentuales.

Similar es la situación en el centro-norte de Santa Fe, donde el progreso intersemanal de siembra fue de 0,8 p.p., manifestando una demora en comparación a igual semana del ciclo previo de —14 p.p.

No obstante, a pesar de la falta de humedad en el estrato superficial, los productores debaten la posibilidad de extender la ventana de siembra hasta mediados del mes de septiembre a la espera de lluvias, a fin de incorporar la mayor cantidad posible de hectáreas.

Incluso, en los departamentos de Rivadavia y Belgrano, los más girasoleros de la provincia de Santiago del Estero, aseguran que la ventana de siembra óptima se da durante los meses de octubre y noviembre; es decir, cuentan con más de un mes para el reacondicionamiento del suelo.

En trigo

Las precipitaciones registradas en el transcurso de la última semana se concentraron, fundamentalmente, sobre el sur y este del área agrícola.

Si bien, a escala nacional, la condición hídrica óptima aumentó 3,5 puntos porcentuales, este incremento es significativamente más importante a nivel zona PAS para los núcleos trigueros de Buenos Aires y La Pampa.

Sin embargo, sobre el centro y norte del área agrícola, el aporte de lluvias fue de escaso a nulo. Esto ha impactado en forma negativa en la condición del cereal, que continúa avanzando hacía estadios fenológicos críticos bajo un escenario cada vez más limitado —según se indicó— en términos de condiciones agroclimáticas, lo que compromete la performance del trigo durante la definición del rendimiento.

Sobre el centro-norte del país, el trigo transita entre macollaje y floración, con plantas de bajo porte y color pálido que, en muchos casos, no logran cerrar el surco.

Esto se debe, no sólo a la falta de humedad, sino también a las altas temperaturas que continúan acelerando el desarrollo del cultivo y acorta la duración del ciclo.

En el caso de los núcleos norte y sur, si bien no se han alcanzado etapas reproductivas, se observan plantas amarillentas, de baja altura y escaso macollaje que, de no contar con lluvias en el corto plazo, podrían comenzar a resignar potencial.

Mientras tanto, al sur del área agrícola el aporte de las lluvias se tradujo en un incremento de la condición hídrica de entre 2 y 7 p.p. En consecuencia, se observan mejoras en la condición de cultivo buena-excelente de entre 9 y 14 p.p.

En cebada

La ocurrencia de precipitaciones continúa mejorando la humedad de los perfiles sobre el sur y este de la región agrícola, al contrario de lo que sucede sobre la franja oeste, donde es necesario el aporte de nuevas lluvias para afrontar las etapas de mayor demanda hídrica del cultivo.

Al mismo tiempo, el registro de algunas heladas durante los últimos quince días sobre el centro de Buenos Aires ha tenido un leve impacto en el cultivo y se registran daños en el área foliar.

Mientras los cuadros más avanzados se sitúan sobre el centro norte de las provincias de Córdoba y Santa Fe, habiendo iniciado la etapa de encañazón, la ausencia de precipitaciones empieza a limitar la humedad en el perfil, comprometiendo los rendimientos potenciales.

Asimismo, sobre el norte de La Pampa-oeste de Buenos Aires la restricción hídrica compromete el desarrollo del cultivo, que se encuentra desde pleno macollaje hasta inicios de encañazón, pero sin comprometer su sanidad.

Sobre ambos núcleos, donde las precipitaciones se han concentrado sobre la franja este y permitieron mejorar la humedad en el perfil, algunos cuadros han iniciado la etapa de encañazón. A su vez, se realizaron los controles correspondientes para enfermedades fúngicas.

Sobre el sur de la región agrícola, donde se concentra el 71 % del área sembrada, la humedad almacenada en los perfiles refleja una óptima condición de los lotes implantados.

En este contexto, una extensa porción de los cuadros se encuentra entre expansión foliar y macollaje.

Incluso, se han registrado eventos de heladas en los últimos quince días sobre el centro de la provincia de Buenos Aires que, si bien no comprometen al cultivo en etapas vegetativas tempranas, han provocado leves daños sobre el área foliar.

¿Cómo transita la cosecha de maíz?

Durante la última semana de este agosto, la cosecha de maíz grano comercial mantuvo buen ritmo en el país, a tal punto que dieron por finalizadas las labores de recolección del cereal de verano en el NEA, en el centro-norte de Córdoba, núcleo norte y San Luis, de acuerdo con el PAS del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

A esta semana, luego de un progreso intersemanal de 6,7 puntos porcentuales, se logró cosechar el 96,9 % del total de maíz estimado a nivel nacional para la campaña 2022/23.

Esto significa un retraso respecto del promedio de las últimas cinco campañas de 2,4 p.p.

El rendimiento medio se estima en torno a los 50,5 quintales por hectárea.

En este contexto, se mantiene la proyección de producción de la entidad en 34 millones de toneladas, unas 18 M/T menos respecto de la campaña anterior.

Luego de haberse cosechado unas 400.000 hectáreas durante la última semana a nivel país, se dio por finalizada la cosecha —sobre el NEA— con una producción acumulada de 4,4 millones de toneladas y un rinde medio de 55 quintales por hectárea.

Las siembras tardías hacia los meses de enero y —principios— de febrero fueron los planteos que lograron mejores resultados.

Asimismo, sobre el centro-norte de Córdoba y en el núcleo norte la recolección de los planteos tardíos y de segunda finalizó con un rinde medio de 47,6 y 42,8 quintales por hectárea, respectivamente.

También culminó la cosecha en la provincia de San Luis. Allí, la producción total fue de 1,2 millones de toneladas con un rendimiento promedio de 37,9 quintales por hectárea.

A la vez que se cosechan los últimos cuadros de la campaña 2022/23, hacia el centro-este del área agrícola se comenzaron a relevar los primeros lotes sembrados para la campaña 2023/24 luego de las lluvias ocurridas días atrás.

Los mayores retrasos en la cosecha se observan en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, donde las condiciones ambientales dificultan el avance de las cosechadoras. De todos modos, se reportan rendimientos en torno a los 80 quintales por hectárea durante las últimas semanas.