13 septiembre, 2024

Mona Panchita: se queda en Córdoba, ha tenido relaciones sexuales, y es amiga de Moni la que se llevaron de Trenque Lauquen

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El juez federal N° 3 de la ciudad de Córdoba, Miguel Hugo Vaca Narvaja, rechazó un habeas corpus presentado por los ciudadanos Alberto Efraín Sallago y Nélida Mabel Maldonado

Fuente: Diario La Voz de Córdoba y transcripción de Diario de Rivera

El juez federal N° 3 de la ciudad de Córdoba, Miguel Hugo Vaca Narvaja, rechazó un habeas corpus presentado por los ciudadanos Alberto Efraín Sallago y Nélida Mabel Maldonado ”en favor de la primate Panchita, ejemplar de la especie alouatta carayá, por inexistencia del agravamiento ilegítimo de las condiciones denunciado”.

Según fuentes judiciales, los particulares que presentaron el recurso son los “dueños” de la mona que hoy tendría unos 17 años y que hasta marzo de 2023 formó parte de los “atractivos” de una parrilla ubicada en Carhué.

Un operativo de la Brigada de Control de Ambiente, de la Nación, secuestró al animal y pronto lo envió a la reserva de la Fundación Proyecto Carayá, de La Cumbre, departamento Punilla, de Córdoba. El procedimiento fue realizado por orden del Juzgado Federal de Pehuajó que dispuso el traslado de esa y de otra hembra de la misma especie, rescatada cerca de allí, en Trenque Lauquen.

Pero quienes tenían a “Panchita” no se quedaron quietos y no se resignaron a perder al ejemplar que tenían desde pequeña. Iniciaron una serie de medidas judiciales que, una y otra vez, fueron rechazadas por la Justicia en distintas jurisdicciones federales.

Asegurando en sus planteos que en la reserva de La Cumbre la mona está en peores condiciones, señalaron en el escrito presentado ahora en Córdoba que “la primate es una persona no humana, y que la misma se encuentra privada de su libertad de forma arbitraria e ilegal”.

Además, argumentaron que “el establecimiento donde se encuentra alojada la mona es ilegal, por haber supuestas irregularidades en los permisos para funcionar”.

Por otra parte, Sallago y Maldonado “aducen que el encierro que sufre la primate Panchita es ilegítimo ya que ningún órgano jurisdiccional por los cuales ha pasado este asunto ha tomado verdaderas medidas tendientes a averiguar las condiciones de detención en las cuales se encuentra la misma y que de ello deriva la vulneración de una amplia gama de derechos y garantías constitucionales”.

Agregan que La Cumbre no está en un hábitat adecuado y que “en nada se condice con los requerimientos mínimos en los cuales debe desarrollarse la especie de mono carayá, como ser las selvas de las provincias de Chaco, Misiones o Corrientes, y no el crudo invierno como lo es el La Cumbre donde se encuentra”. Hay que recordar que quienes tenían a Panchita como “atracción” de una parrilla, lugar en el que también se secuestraron trofeos con cornamentas de ciervos y hasta un yacaré embalsamado.

Para justificar esto, los Sallago agregaron que “es imposible una eventual reinserción de la primate debido a su avanzada edad (17 años viviendo en el seno de la familia que la representa), y por haber transcurrido toda la vida dependiendo de sus humanos protectores”.

El habeas corpus pedía que se saque a la mona de la reserva de la Cumbre y que se haga depositaria judicial a la familia Sallago.

Tras el rescate y su traslado a Córdoba, se comprobó que “Panchita” sufría un marcado deterioro en algunas partes de su cuerpo: tenía limados sus colmillos, una lesión en la columna vertebral y problemas en su cola que estos mamíferos utilizan como una quinta pata para colgarse por el carácter prensil que tiene. Ella tenía dañada la cola porque presumiblemente ha sufrido un tirón brusco.

A poco de estar en La Cumbre, la Justicia ordenó sucesivos exámenes de profesionales veterinarios, entre los que se cuenta un peritaje a cargo del perito oficial Fernando Bettoli, una perita de control y la presencia de abogadas de los denunciantes.

Parte del informe dice: “A Panchita se la observa bien, mejor en la parte anímica que física, debido a la lesión que presenta en la columna (de carácter crónico), sus desplazamientos son lentos y torpes… aunque evolucionando favorablemente según lo conversado. Presenta escasa musculatura en sus miembros posteriores propios de una atrofia de larga data”.

“Igualmente el ejemplar utiliza sus cuatro miembros para desplazarse incluida su cola prensil, llegando a colgarse sujetada por las cinco extremidades. Ausencia de piezas dentarias, limado de colmillos y/o desgaste por mordidas de barrotes”, sostiene el peritaje.

La prueba también destaca las condiciones del lugar donde está alojada, su adaptación con un grupo de pares y la indiferencia con los humanos.

Alfonsina Puerta, hasta hace unas semanas voluntaria en esa reserva y actual guía, refirió al diario cordobés La Voz que Panchita apenas llegó se fue junto a un macho, Hansel, y a la mona Moni, la rescatada en Trenque Lauquen. Juntos constituyen un grupo térmico, porque se reúnen para darse calor.

La joven dice que después de que son rescatados de los humanos, el objetivo es que “los monos vuelvan a ser monos”.

“Si hay algo que define a Panchita es que está harta de la gente”, señala la directora de la Fundación Proyecto Carayá, Alejandra Juárez, quien apunta que la primate se ha refugiado de inmediato al lado del macho y formó un pequeño grupo junto a Moni.

“Ama a su macho, han tenido sexo apenas llegó”, revela la titular de la fundación que hace 30 años encara este proyecto sobre la ruta E-66, a pocos kilómetros de La Cumbre. El dato da a entender que en sus 17 años Panchita nunca había tenido más contacto que con humanos y que ahora se adaptó a sus condiciones de mona.

En la Justicia federal marcaron como curioso que lo sucedido a Panchita es “a la inversa de Tarzán”: es una mona que vivía entre humanos y fue llevada a convivir con sus pares, en un entorno natural.

“Ha tenido sexo por primera vez. No creo que quede preñada porque es grande”, reflexionó Juárez, quien añade que ella la “ve” más grande a Panchita, “como de unos 20 años”. Pese a que la expectativa de vida de estos monos es de entre 18 a 20 años, la titular de la fundación le augura un mejor futuro y está segura de que seguirá mejorando.

Mientras Moni es más sociable y se ha convertido en una muy buena “madre adoptiva” (cobija a cachorros), a Panchi se la ve menos sociable y más pegada a Hansel. Antes estaba en una jaula de pájaros, ahora está en un recinto de unos tres metros por siete metros de extensión. Tienen calefacción y la posibilidad de salir, pero por ahora ella elige quedarse adentro.

Vaca Narvaja rechaza el habeas corpus diciendo que las condiciones de agravamiento son inexistentes, a la par que en su resolución ordena a “al santuario de primates Proyecto Carayá (Centro Argentino de Rescate, Rehabilitación y Conservación de Primates) que incorpore a Panchita al programa de rehabilitación que estime adecuado a dicho ejemplar”.

Ahora, con esta medida judicial dispuesta por el juez federal y con mayores libertades como depositaria judicial, Juárez prevé que podrá crear las condiciones para “liberar” a Panchita al entorno natural que habita el resto de los 120 monos, los capuchinos y carayá que pueblan los árboles del monte que conforma el parque.   (La Voz)