Inconcebible pérdida de la política nacional para ser un país realmente «En Serio»
Resulta llamativo la forma en que los gobiernos argentinos pierden oportunidades para desarrollarse, por desavenencias internas, con el Pueblo al que no parecen entender (ver galería de fotos con la llegada de Selección Argentina después de haber conquistado la Copa del Mundo) y de no alcanzar acuerdos políticos con el resto de las fuerzas
Resulta llamativo la forma en que los gobiernos argentinos pierden oportunidades para desarrollarse, por desavenencias internas, con el Pueblo al que no parecen entender (ver galería de fotos con la llegada de Selección Argentina después de haber conquistado la Copa del Mundo) y de no alcanzar acuerdos políticos con el resto de las fuerzas.
En el mes de Agosto pasado se anunció la obra del Gasoducto Vaca Muerta-Salliqueló. Se hizo en un acto que se concretó en la ciudad de nuestro querido sudoeste, donde estuvieron presentes el presidente de la Nación, Sergio Massa, Axel Kicillof, Sergio Ziliotto (La Pampa), empresarios, intendentes, legisladores. (ver galería de fotos). Fue una fiesta. Mal comunicada, pero fue una fiesta. Estaba desatada una tremenda «guerra» dentro de la propia estructura gubernamental que no contribuía a darle brillo a una realización a todas luces trascendental.
En la página de nuestros colegas de EL ECONOMISTA se publican las ventajas de un hecho que habrá tenido sus «dimes y diretes», pero que coloca al país en una situación privilegiada en materia energética.
En negritas:
La obra del GPNK consta de dos etapas: la primera, con fecha de finalización el 20 de junio de 2023, une las localidades de Tratayen (provincia del Neuquén) con Salliqueló (provincia de Buenos Aires) y, una segunda etapa que prevé extender la obra desde esta hasta la localidad de San Jerónimo (provincia de Santa Fe). La primera etapa tiene un recorrido de 660 km, y su construcción estuvo mayormente a cargo de la unión transitoria de empresas SACDE-Techint y BTU.
En esta obra sobresalen las siguientes estadísticas:
• Se utilizaron 56.000 caños de 5 toneladas. En su mayoría de 36 pulgadas y 12 metros de longitud.
• Se emplearon soldadoras automáticas para la unión de los caños, lo que permitió duplicar la productividad y acortar así los tiempos de ejecución de la obra.
• Según datos oficiales trabajaron de forma directa 10.000 personas, en tanto que en forma indirecta estuvieron involucrados alrededor 50.000 trabajadores.
• Más de 9.000 transportes fueron necesarios para la ejecución del proyecto.
• La inversión ascendió a US$ 2.700 millones.
• Con esta primera etapa la capacidad de transporte se incrementará en 11 millones de m3 de gas por día. Una vez que la segunda parte de la obra y sus tareas complementarias estén finalizadas, esta cifra superará los 40 millones de m3 diarios.
Implicancias para la economía
La construcción del GPNK tendrá múltiples efectos positivos. En primer lugar, contribuirá a revertir el déficit energético, no solo porque permite sustituir importaciones si no debido a que posibilitará la exportación de gas proveniente de Vaca Muerta en meses de baja demanda interna por cuestiones estacionales.
Desde 2011 a esta parte, Argentina registró un saldo negativo por US$ 3.000 millones anuales. Con la puesta en funcionamiento del GPNK se estima reducir las importaciones de gas en US$ 2.200 millones en el corriente año y US$ 4.400 en 2024. Esta última cifra equivale al saldo negativo registrado durante el 2022.
Otra de las ventajas que generará la puesta en funcionamiento de este proyecto es la posibilidad de abastecer de gas, tanto a industrias como a usuarios residenciales, a precios competitivos. El gas de Vaca Muerta es significativamente más económico que el importado: en 2022 se pagó un promedio de US$ 3 por millón de BTU, en tanto que la licitación para el invierno de 2023, según datos de ENARSA al 24/4/2023, arrojó un precio promedio de US$ 17,8 para el GNL importado. Esto tendrá un triple impacto: mejorará la ecuación de costos de producción de la industria, así como también el poder adquisitivo de los hogares al tiempo que permite la paulatina eliminación de los subsidios energéticos.
Un aspecto tal vez poco mencionado es el medioambiental. La ampliación de la capacidad de transporte de gas que implica este proyecto redundará en una importante reducción del uso de combustibles fósiles (fuel oil y el gasoil, relativamente más contaminantes que el gas natural) en la generación de electricidad.
Por otra parte, la obra permitirá no solo avanzar hacia el autoabastecimiento en materia energética, sino que permitirá que el país se posicione como uno de los proveedores de gas de la región ante el declinamiento de la producción boliviana.
Si bien hacen falta obras adicionales para llegar a lograr este objetivo, se puede pensar en dejar de importar gas desde Bolivia e incluso llegar a exportarlo, así como también abastecer a Brasil y Uruguay.