22 diciembre, 2024

En 1854 nació en Luján, Florentino Ameghino

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A fines del siglo XIX cuando el sistema de lagunas Encadenadas comenzó a secarse, Ameghino y otros estudiosos de la época habían advertido sobre la necesidad de resolver el problema de las grandes sequías

Nace en la ciudad bonaerense de Luján el naturalista, paleontólogo y antropólogo Florentino Ameghino, quien sostuvo la teoría sobre el posible origen del hombre en el continente americano.

Para sus trabajos científicos siempre contó con el apoyo de su hermano menor Carlos, y para financiarlos solo disponía de los escasos fondos obtenidos de su librería situada en la ciudad de La Plata. Fue también maestro de escuela y llegó a ser director del Colegio Municipal de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires. Fue profesor de zoología en la Universidad de Córdoba.

En 1886, Francisco P. Moreno lo nombró vicedirector y secretario del Museo de La Plata, asignándole la sección de Paleontología, que Ameghino enriqueció con su propia colección (que vendió al estado provincial). Pero fue poco el tiempo en que estos dos científicos trabajaron juntos. Finalmente fue director del Museo Nacional de Buenos Aires.

Como autodidacta, estudió los terrenos de la Pampa, coleccionando numerosos fósiles, en los que se basó para hacer numerosas investigaciones de geología y paleontología. También investigó el hombre cuaternario en el yacimiento arqueológico de Chelles.

Falleció en La Plata, a la edad de 57 años, el 6 de agosto de 1911, enfermo de diabetes y también por resistirse a una intervención quirúrgica. Sus restos se ubican en el Cementerio de La Plata.

A fines del siglo XIX cuando el sistema de lagunas Encadenadas comenzó a secarse, Ameghino y otros estudiosos de la época habían advertido sobre la necesidad de resolver el problema de las grandes sequías mediante una sistema de canalizaciones que permitiese retener en la región volúmenes de agua excedentes en los períodos ricos. Esto quedó plasmado en su libro Las secas y las inundaciones en la Provincia de Buenos Aires, contemplando la derivación de las aguas dulces excedentes hacia zonas bajas para crear reservorios (que servirían de recargadores del acuífero Puelche o reserva en épocas de sequía), la forestación de las orillas de cursos fluviales y de zonas afectadas por la erosión, la piscicultura intensiva en los embalses a crear, y la posibilidad de construcción de una red de canales navegables con esclusas de navegación para el transporte a bajo precio mediante gabarras de las producciones regionales.