Francisco pronunció una alocución memorable donde el Cambalache, queda claro, es universal
Escribe: Jorge Matheus. He escuchado a el Papa Francisco. Como lo hice sin prejuicios y consciente de su incalculable poder político, califico las expresiones como excelentes
Como tengo cierta tendencia a flagelarme, los fines de semana escuchó emisoras de AM, leo sitios on line de actualidad, sigo cuentas de Twitter donde vierten opiniones quienes «tocan» la botonera, y algunas direcciones de esta red donde se intenta reflejar la realidad.
Creo que me salvan de tener que ir a medir la presión y evitar un electrocardiograma, Instagram, y esperanzas que despiertan algunos vínculos.
He escuchado a Bergoglio, conocido universalmente como el Papa Francisco. Como lo hice sin prejuicios de ninguna naturaleza y consciente de su incalculable poder político, califico las expresiones como excelentes. Una tremenda bajada de línea a poderosos, a «Los que mueven las palancas». Por supuesto como es un ser humano y sabe donde está sentado, le faltó autocrítica. Pero, más allá de eso, en este Mundo inequitativo, se hará cada vez más difícil vivir a los pobres. Y es importante que una ‘Voz’ influyente lo ponga como tema prioritario, en su agenda.
Las estadísticas indican que 36 fortunas se reparten lo que equivale al 80 por ciento de la población mundial. Una cruel desigualdad. Decía Oscar Alende que «el Pueblo hará sonar su escarmiento». Esta premonición de quien escribiera el libro mencionado entre líneas en el post, no se ha cumplido. Es posible que Bergoglio esté procurando que ello no ocurra, para evitar un tremendo enfrentamiento entre ricos y postergados.
Y, como si eso fuera poco, escuché a Marta Cohen. Ella ha venido hablando y ahora lo ratifica sobre la inequidad aplicada por los grandes laboratorios para ir zafando de esta criminal situación sanitaria internacional.
Mencionó la lamentable postura de uno de los laboratorios que produce la vacuna contra el virus, negándose a aportar sus investigaciones para generar mayor previsibilidad en el tratamiento de la enfermedad, a la par de indicar que se hace imprescindible una tercera dosis, pero no de cualquier vacuna. Apuntó que hay países donde no se ha aplicado ni la primera dosis, y en varios solo una.
Cuando oigo las voces dramáticas «argentas», suelo pedirle a algunas de ellas que bajen los decibeles, y se detengan a mirar lo que sucede a nivel universal.
Discépolo dejó esa especie de himno que sus connacionales interpretamos a nuestro gusto. Dice en una parte de Cambalache: «Siglo 20, el mundo fue y será una porquería ya lo sé. En el 510 y en el 2000 también. Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafados, contentos y amargados (Sic)…vivimos todos revolcados y en el mismo lodo todos manoseados». Abarcaba ancho, y no lo escribo peyorativamente. Excedía las fronteras argentinas.
Visionario ?.
En su época el bienestar asegurado era para unos pocos. Este ‘filósofo’ popular, si volviera a nacer escribiría, seguro, la letra de una canción que superaría en difusión y ventas a Yesterday de Los Beatles; Despacito de Luis Fonsi; Imagine de Jhon Lennon ó Bohemian Rapsody interpretada por Freddie Mércury con Queen.
El máximo exponente de la Iglesia Católica Apostólica y Romana ha incorporado un término interesante para los opinólogos en general, entre los que me incluyo: la «post verdad».
No ha sido la intención romper con la armonía de un lindo clima este sábado, máxime sabiendo que jamás lograría 300 ó 400 mensajes porque ya luzco un tostado bárbaro, posteo fotos en zonas de confort, muestro el auto de origen alemán, o el escultural cuerpo de alguna mujer que eventualmente podría acompañarme (lo que no ocurre y presagio no irá a ocurrir).
La tierra sigue girando. No me den bola. disfruten. Que sea lo que resta, un muy buen sábado.
Nota publicada en un post de la cuenta en Facebook: Jorge Matheus