La voz tehuelche mapuche «Cacique Pincén»: Isabel Araujo
Sostuvo que “cuando hablamos del patrimonio cultural, nosotros hablamos del patrimonio tangible y no tangible, lo que significan esos adornos, que para nosotros no son adornos, han sido un símbolo de protección desde la espiritualidad de nuestro pueblo»
La Lonco de la comunidad tehuelche mapuche “Cacique Pincén”, Isabel Araujo señaló este domingo en el acto de inauguración de las remodelaciones en el Museo Histórico Regional que “hace más de 24 horas que estoy despierta para poder llegar hoy acá, nuestros ancestros siempre nos sostienen de pie y nos traen a donde tenemos que estar, en el lugar y el tiempo preciso, y hoy estamos acá acompañando desde el diálogo como lo hicimos siempre, y desde el poder comprender, no todo, pero sí el trabajo que vinieron haciendo Teresa y Eduardo (Pereda) y que inició su papá (Eduardo Pedro), al que me hubiera gustado preguntarle muchas cosas”.
No obstante, señaló que “un poquito (de lo que hay en el Museo) lo pude conocer a través de ustedes (sus hijos/as), sobre todo cómo comenzó todo esto, porque es muy fuerte; no pude entrar a la sala, llegué hasta ahí y no pude entrar, en algún momento lo podré hacer, pero va a tener que ser primero con una ceremonia agradeciendo a nuestros ancestros”.
En este marco sostuvo que “cuando hablamos del patrimonio cultural, nosotros hablamos del patrimonio tangible y no tangible, lo que significan esos adornos, que para nosotros no son adornos, han sido un símbolo de protección desde la espiritualidad de nuestro pueblo; y también protegen a nuestro Lonco, nuestra cabeza, para tener una claridad de pensamiento y encontrar el punto en común de esta historia que no podemos dejar de contar, y buscar el punto de unión porque no podemos borrar ninguna de las dos historias”.
También recordó a sus “ancestras”, esas mujeres que preservaron la cultura, y destacó la labor de Eduardo Pereda, y de todos los que llevaron adelante el trabajo de conservación de las piezas que forman parte de la colección sin dejar de mostrar su dolor por la historia y lo vivido por los pueblos originarios.