21 noviembre, 2024

Mario Wainfeld, reconocido colega, dejó un decálogo del Periodismo Político

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La muerte de Wainfeld causó dolor y pesar entre periodistas y dirigentes políticos, quienes expresaron sus condolencias y reconocieron su profesionalismo y compromiso con la verdad

El periodista y abogado Mario Wainfeld murió ayer a los 74 años. Se desempeñaba como conductor y columnista político, respectivamente.

La muerte de Wainfeld causó dolor y pesar entre periodistas y dirigentes políticos, quienes expresaron sus condolencias y reconocieron su profesionalismo y compromiso con la verdad.

Entre sus opiniones destacadas en el ambiente periodístico está el decálogo del periodismo político, que compartimos con ustedes.

El decálogo del periodismo político, por Mario Wainfeld

1. Los periodistas deportivos aman el fútbol. Los de espectáculos aman el cine, el teatro, la televisión. Los de política, en su mayoría, desprecian a la política. Es imposible ser un buen periodista político si se desprecia la política.

2. La política son los grandes discursos, los grandes debates, pero también la rosca, el comentario de pasillo, el off con funcionarios, las campañas, las operaciones.

3. Antes de sentarse a escribir un análisis, una nota, hay que leer mucho, tener claro el contexto, hacer estudios comparados de datos y de información cualitativa, leer algunos artículos académicos. Hay que salir de la endogamia.

4. El periodista de política tiene que hacer “ejercicio ilegal de las ciencias sociales”: leer libros, artículos, hablar con académicos. Nadie es culto por leer diarios, tampoco por “picotear” en la academia. Pero siempre es bueno leer a los que estudian y saben.

5. El “mundo palacio” (la Casa Rosada, el Congreso, Tribunales) emana poder, autoridad, suele ser un planeta paralelo. Hay que saber entrar a ese mundo pero salirse de esa lógica, para poder comprender cada noticia en su contexto.

6. A lo largo de su carrera, el periodista político, por su práctica cotidiana, termina conociendo más ministros de educación que maestros, más ministros de salud que médicos de barrio. Escuchar al médico, al maestro, poner la oreja ahí, ayuda a salir del “frasco palaciego”.

7. Con los protagonistas no hay que tener compasión ni empatía, pero sí uno tiene el deber de reflejar la mirada de los otros.

8. No debe patearse al caído: el que perdió una elección, perdió. El que se va de un gobierno, se va. El periodista no tiene que ensañarse con el derrotado.

9. Podemos estar en las antípodas de un funcionario, detestar a un político, y aun así debemos entablar el diálogo, entrevistarlo, consultarlo y saber mirar los matices. Hacer el esfuerzo de entender cómo y por qué tomó tal decisión, cómo y por qué actúa de tal o cual manera.

10. No hay que ocultar hechos pero tampoco se está obligado a adscribir a las agendas de los demás.