Opinión: Tengo dudas que Argentina tenga destino venturoso y a mantener en el tiempo
En estas zonas poco pobladas, donde la mayoría por contacto directo o a través de lo virtual nos conocemos, hagamos el esfuerzo de evitar elaborar el «caldo gordo» a quienes están crispados, capaces de proferir insultos impensados, pretendiendo dividir
Salvo excepciones, los comentarios que subo a la WEB, son propios. El sábado, preferí evitarlos
Hubo mal tiempo y le tendría que haber dado espacio al fenómeno climático, como consecuencias u otros temas.
Titulo y sé que – a veces – genero reacciones. Doy la posibilidad que cada una de las apreciaciones sean respondidas, y evito tomar la licencia de sumar posición. Lo hice en estos días, y salió mal. En dos palabras: me equivoqué. Pedí disculpas a quién refuté, por el error.
De todas maneras quisiera aportar lo que invade la cabeza en estas horas, después de hacer gran recorrida por centenares de cuentas.
El mundo está, en líneas generales, patas para arriba.
En estas zonas poco pobladas, donde la mayoría por contacto directo o a través de lo virtual nos conocemos, hagamos el esfuerzo de evitar elaborar el «caldo gordo» a quienes están crispados, capaces de proferir insultos impensados, pretendiendo dividir.
Seguro no nacimos para que la Paz sea constante, pero si para morigerar la esquizofrenia que penetra e incrementa rencores y enemistades, llevando hasta el pugilato o acciones mucho más graves.
Tengo dudas que Argentina tenga destino venturoso y a mantener en el tiempo, cuando sobreviven y aparecen mesiánicos. No caben dudas, eso sí, que es un país magnífico para nacer, vivir y morir en él.
Si cada uno de nosotros brindamos cierta armonía, conjugando intereses, estamos en condiciones que los hijos y nietos, se comprometan con el pensamiento de las mayorías que valoran la palabra bien dicha, la diferencia saludablemente planteada, la educación y salud al servicio de todos, sacrificio realizado por los héroes de la Patria, y lucha sin cuartel (que no significa andar a los tiros) contra desigualdades.
Quiebra las mejores intenciones descalificar la moral sobre aquellos que expresan diferentes criterios o exponen en reuniones al aire libre de distinto tipo. El sábado deja el sabor amargo que estamos «perforándonos el hígado» en esta tierra.
Seamos capaces de convivir con diferencias, sin embarrar convicciones sociales, políticas, económicas, culturales y religiosas.
