Día Mundial de las Zoonosis
En honor al químico francés Louis Pasteur, quien logró aplicar con éxito la primera vacuna antirrábica de la historia en un niño de 9 años
Cada 6 de julio se celebra el Día Mundial de las Zoonosis en honor al químico francés Louis Pasteur, quien logró aplicar con éxito la primera vacuna antirrábica de la historia en un niño de 9 años. Esta celebración, impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), busca educar a toda la población bajo la premisa de que la prevención de enfermedades en los animales no sólo protege su salud, sino también la de todas las personas. Las enfermedades zoonóticas pueden llegar hasta los humanos por dos vías: por la ingesta de comida contaminada (shigella, salmonella, triquinosis) o por el contacto con animales enfermos (rabia, hantavirus, leptospirosis). El COVID-19 dejó latente la posibilidad de la aparición de nuevas pandemias en un lapso muy breve de tiempo; los recientes casos de influenza aviar y Salmonellosis en nuestro país confirman el rol preponderante que ha adquirido la figura del veterinario en cuestiones de Salud pública. Un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) releva que, de todas las enfermedades infecciosas emergentes de los últimos años, el 75% se transmite desde los animales a las personas y que la mayoría de las Zoonosis tienen un origen indirecto, por ejemplo, a través de la cadena alimenticia. Desde la comisión de Inocuidad Alimentaria del CVPBA señalan que “las prácticas agrícolas deficientes, la manipulación inadecuada de los alimentos y la contaminación durante el proceso de fabricación o distribución son algunas de las razones por las que los agentes patógenos pueden llegar a los alimentos que ingerimos”. En materia de prevención desde la cadena productiva, el rol del veterinario abarca desde el inicio de la producción de alimentos de origen animal, observando y garantizando el cumplimiento de las condiciones adecuadas de bioseguridad (instalaciones, ambiente, sanidad, alimentación), la faena, el control bromatológico y la posterior certificación de que el alimento es inocuo y que se encuentra en condiciones de ser apto para consumo humano. El riesgo de mantener un proceso de producción sin la presencia de una figura veterinaria a cargo es incalculable. Sobre las Zoonosis que se transmiten por el contacto con animales infectados, desde la comisión de Pequeños Animales del CVPBA sostienen que “la detección temprana y la notificación inmediata de casos son fundamentales para la implementación de medidas de prevención, control y vigilancia por parte de los organismos competentes”. Algo que grafica a la perfección el nuevo rol de los veterinarios es que a principios de este año la Ministra de Salud de la Nación, Dra. Carla Vizzotti, firmó oficialmente el decreto que declara a la profesión veterinaria como de interés sanitario, un reconocimiento que sin dudas significó un enorme paso en la necesidad de que los veterinarios sean reconocidos como agentes de Salud Pública. Está claro que el rol del profesional en la prevención de enfermedades zoonóticas ya no está limitado al control del calendario de vacunación en perros y gatos o al chequeo bromatológico de un establecimiento donde se faena; sin veterinarios no hay inocuidad, ni industria alimenticia, ni importaciones, ni una economía auto sustentable. A fin de cuentas, sin veterinarios ya no hay salud pública. |